Devolvamos a los padres su rol de cuidador

Cuando un bebé nace enfermo o prematuro, es separado de su madre y llevado a la unidad neonatal, tras una separación que puede durar horas o incluso días, se produce el primer encuentro de esa madre con su hijo o hija.
Son muchos los sentimientos que la embargan en esos momentos, puede sentirse asustada, preocupada, vacía y sola sin su bebé, sus propios sentimientos pueden incluso desconcertarla, hay miedo a que su bebé no sobreviva, culpa al pensar si algo que ella ha hecho o ha dejado de hacer es la causa del problema, hay duelo pues muchas veces ese recién nacido no es el bebé que ella había imaginado. Ella es madre pero no se siente como tal, pues no puede ofrecer a su bebé los cuidados que necesita y le cuesta sentirlo como suyo.
¿Estamos, los profesionales que trabajamos en las unidades neonatales, preparados para hacernos cargo de todos esos sentimientos?
¿Qué necesita realmente esta madre? Esta madre necesita a alguien que se dirija a ella por su nombre, que le escuche, que responda a sus dudas y apacigüe sus miedos, que muestre empatía, pero sobre todo, lo que esta madre necesita es sostener a su bebé en su pecho piel con piel, conectarse con él, sentirse madre, sentir a ese nuevo ser, tan distinto a como ella había imaginado, como suyo.
Tras ese primer encuentro ya podemos empezar a hablar de Lactancia, primero el contacto, el conocerse, el vincularse, entonces la leche materna vendrá sola.
Y en cada nueva visita a la unidad ayudaremos a esa madre, a esos padres a participar en el cuidado de su hijo en la medida de lo posible, dándoles cada vez más competencias, para que, poco a poco recuperen su rol de cuidadores, perdido por la separación y el ingreso. Este papel lo asumimos muchas veces los profesionales como nuestro, pero es importante que tengamos presente que en realidad es el rol de los padres.
Esto sólo es posible si trabajamos en una unidad de puertas abiertas, pero no es suficiente que los padres tengan un acceso libre a la unidad. Abrir las puertas de las unidades no es sólo permitir a los padres estar en la unidad el tiempo que quieran, sino animarles y ayudarles a participar activamente en el cuidado de su bebé, y ahí, nosotros, el personal de las unidades neonatales, tenemos un importantísimo papel.