Raquel madre de María Lucila, prematura y con retraso en el crecimiento intrauterino

Mi primera hija era perfecta, una pequeña bebé de dos kilos y cien gramos, CIR (retraso del crecimiento intrauterino) desde las 34 semanas, que sin embargo consiguió nacer a término. Su nacimiento había sido por cesárea y se había complicado con una preeclampsia posparto. Así que pasamos doce horas separadas hasta que pudimos, por fin, reunirnos, tras una dura noche de lágrimas.